La persona es el eje central de lo que hoy se llama Calidad Emocional. Es responsabilidad de las direcciones de las empresas y organismos poner los medios adecuados y crear el clima para desarrollar organizaciones compuestas por personas con iniciativa, capaces de tomar decisiones, de innovar y, como resultado, en su conjunto, mejorar ratios de satisfacción y productividad, destacando, entre ellos, la atención y calidad ofrecida a las partes interesadas.
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